Establecer rapport
con los informantes es la meta de todo investigador de campo. Cuando se comienza
a lograr el rapport con aquellas personas a las que se está estudiando,
se experimentan sensaciones de realización y estimulo. El de rapport no
es un concepto que pueda definirse fácilmente.
Significa muchas cosas: Comunicar la simpatía que se siente por los informantes
y lograr que ellos la acepten como sincera.
Lograr que,
las personas se "abran" y manifiesten sus sentimientos respecto del
escenario y de otras personas.
Ser visto
como una persona inobjetable. Irrumpir a través de las "fachadas"
(Goffman, 1959) que las personas imponen en la vida cotidiana. Compartir el
mundo simbólico de los informantes, su lenguaje y sus perspectivas.
El rapport
aparece lentamente en la mayoría de las investigaciones de campo. Y cuando
aparece, puede ser tentativo y frágil. Es dudoso que cualquier persona confíe
por completo en otra, en todos los momentos y circunstancias. Tal como nos lo
dice John Johnson (1975), el rapport y la confianza pueden crecer y
disminuir en el curso del trabajo de campo. Con ciertos informantes nunca se
llega a establecer un verdadero rapport. Johnson (1975, págs. 141-142)
escribe:
Hacia el
final de las investigaciones sobre el bienestar llegué a la conclusión de que no
existe la posibilidad realista de desarrollar relaciones de confianza como tales.
Esto era especialmente cierto en un escenario que incluía a un izquierdista,
una militante del movimiento de liberación femenina, personas de edad, personas jóvenes,
extravagantes e individuos formales, republicanos, demócratas, miembros de
terceros partidos, jefes y comandantes navales, sargentos mayores del ejército de
reserva, pacifistas, objetores de conciencia, etcétera…
Durante los eses
finales de la investigación de campo
desarrollé gradualmente la noción de "confianza suficiente" para
reemplazar a los presupuestos anteriores adquiridos a través de la lectura de
la bibliografía tradicional. La confianza suficiente supone un juicio personal, de sentido común, sobre lo que
puede lograrse con una persona determinada. Aunque
no hay reglas rígidas sobre el modo de lograr rapport con los
informantes, se puede ofrecer un cierto número de orientaciones generales.
Reverenciar
sus rutinas
Los
observadores sólo pueden lograr el rapport con los informantes si se
acomodan a las rutinas y modos de hacer las cosas de estos últimos. A todas las
personas les gusta hacer las cosas de cierta
manera y en ciertos momentos. Los observadores no deben interferir. Polsky
(1969, pág.129) ofrece un consejo sobre cómo observar delincuentes que se
aplica a la observación de cualquier tipo de personas: "Si él quiere
sentarse frente a su aparato de televisión y beber cerveza mientras ve
un partido durante un par de horas, usted haga lo mismo; si quiere caminar por
la calle o ir de bar en bar, acompáñelo; si quiere ir al hipódromo, vaya con
él; si le dice (por cualquier razón)
que ya es hora de que usted se pierda de vista, desaparezca".
Conocemos a
un observador que, en un estudio sobre un hospital, llegó tarde a dos reuniones
y después les pidió a los médicos, que tenían sus propios problemas de tiempo,
que reprogramaran sus encuentros adecuándolos a la agenda del investigador.
Este tipo de personas le crean una mala reputación a los observadores
participantes.
Si bien ha sido expuesto el rapport es imprescindible entre el investigador y los informantes. En la investigación cualitativa la cercanía con el otro es vital, la otredad. El reconocerlo como un ser que piensa, que siente y actúa, con una identidad propia, a quien no se discrimina o estigmatiza, no se juzga, sino por el contrario, se le acepta con sus diferencias estableciendo una relación de empatía que expresa no necesariamente el aceptar o estar de acuerdo en su totalidad con el otro, sino que se respetan sus puntos de vista, sus vivencias, costumbres, sus perspectivas. Es ponerse en sus zapatos, para comprender sus conflictos, sus emociones, sus dificultades, sus deseos, es complejo pero posible.
ResponderEliminarEl observador participante debe establecer una cercanía, un ambiente de confianza y entendimiento, de sintonía, que inspire al otro o a los otros a tener la entera confianza de expresarse con toda sinceridad y espontaneidad. Lo antes expuesto trae como resultado una comunicación asertiva, una relación sujeto-sujeto verdadera y sincera que se verá reflejada en la investigación constituyendo una riqueza social, reflejada en el crecimiento de las personas con quienes se interactúa y del propio investigador.