El establecimiento del rapport



Establecer rapport con los informantes es la meta de todo investigador de campo. Cuando se comienza a lograr el rapport con aquellas personas a las que se está estudiando, se experimentan sensaciones de realización y estimulo. El de rapport no es un concepto que pueda definirse  fácilmente. Significa muchas cosas: Comunicar la simpatía que se siente por los informantes y lograr que ellos la acepten como sincera.

Resultado de imagen para personas a observarPenetrar a través de las "defensas contra el, extraño" de la gente (Argyris, 1952).
Lograr que, las personas se "abran" y manifiesten sus sentimientos respecto del escenario y de  otras personas.
Ser visto como una persona inobjetable. Irrumpir a través de las "fachadas" (Goffman, 1959) que las personas imponen en la vida cotidiana. Compartir el mundo simbólico de los informantes, su lenguaje y sus perspectivas.

El rapport aparece lentamente en la mayoría de las investigaciones de campo. Y cuando aparece, puede ser tentativo y frágil. Es dudoso que cualquier persona confíe por completo en otra, en todos los momentos y circunstancias. Tal como nos lo dice John Johnson (1975), el rapport y la confianza pueden crecer y disminuir en el curso del trabajo de campo. Con ciertos informantes nunca se llega a establecer un verdadero rapport. Johnson (1975, págs. 141-142) escribe:

Hacia el final de las investigaciones sobre el bienestar llegué a la conclusión de que no existe la posibilidad realista de desarrollar relaciones de confianza como tales. Esto era especialmente cierto en un escenario que incluía a un izquierdista, una militante del movimiento de liberación femenina, personas de edad, personas jóvenes, extravagantes e individuos formales, republicanos, demócratas, miembros de terceros partidos, jefes y comandantes navales, sargentos mayores del ejército de reserva, pacifistas, objetores de conciencia, etcétera… 

Durante los eses finales  de la investigación de campo desarrollé gradualmente la noción de "confianza suficiente" para reemplazar a los presupuestos anteriores adquiridos a través de la lectura de la bibliografía tradicional. La confianza suficiente supone un juicio  personal, de sentido común, sobre lo que puede lograrse con una persona determinada. Aunque no hay reglas rígidas sobre el modo de lograr rapport con los informantes, se puede ofrecer un cierto número de orientaciones generales.

Reverenciar sus rutinas

Los observadores sólo pueden lograr el rapport con los informantes si se acomodan a las rutinas y modos de hacer las cosas de estos últimos. A todas las personas les gusta hacer las cosas de   cierta manera y en ciertos momentos. Los observadores no deben interferir. Polsky (1969, pág.129) ofrece un consejo sobre cómo observar delincuentes que se aplica a la observación de cualquier tipo de personas: "Si él quiere sentarse frente a su aparato de televisión y beber cerveza mientras ve un partido durante un par de horas, usted haga lo mismo; si quiere caminar por la calle o ir de bar en bar, acompáñelo; si quiere ir al hipódromo, vaya con él; si le dice (por cualquier   razón) que ya es hora de que usted se pierda de vista, desaparezca". 

Conocemos a un observador que, en un estudio sobre un hospital, llegó tarde a dos reuniones y después les pidió a los médicos, que tenían sus propios problemas de tiempo, que reprogramaran sus encuentros adecuándolos a la agenda del investigador. Este tipo de personas le crean una mala reputación a los observadores participantes.

1 comentario:

  1. Si bien ha sido expuesto el rapport es imprescindible entre el investigador y los informantes. En la investigación cualitativa la cercanía con el otro es vital, la otredad. El reconocerlo como un ser que piensa, que siente y actúa, con una identidad propia, a quien no se discrimina o estigmatiza, no se juzga, sino por el contrario, se le acepta con sus diferencias estableciendo una relación de empatía que expresa no necesariamente el aceptar o estar de acuerdo en su totalidad con el otro, sino que se respetan sus puntos de vista, sus vivencias, costumbres, sus perspectivas. Es ponerse en sus zapatos, para comprender sus conflictos, sus emociones, sus dificultades, sus deseos, es complejo pero posible.
    El observador participante debe establecer una cercanía, un ambiente de confianza y entendimiento, de sintonía, que inspire al otro o a los otros a tener la entera confianza de expresarse con toda sinceridad y espontaneidad. Lo antes expuesto trae como resultado una comunicación asertiva, una relación sujeto-sujeto verdadera y sincera que se verá reflejada en la investigación constituyendo una riqueza social, reflejada en el crecimiento de las personas con quienes se interactúa y del propio investigador.

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